Mateo 8, 5-11: Yo mismo iré a curarlo

Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano - Podcast készítő Misioneros Digitales Católicos

1) Sufre terriblemente: Cuán interesante es ver la compasión del centurión, un hombre que no muestra superioridad aunque sí muestra compasión. Un hombre que no es indiferente, sino que se compromete. Un hombre que no reniega de lo que le pasa, sino que ruega ante lo que le traspasa. Hoy poné en vos un poco de generosidad y también de compasión. Deja de estar renegando porque tenés llena la casa y ándate a un asilo de ancianos y verás cuántos están olvidados por sus propios familiares. Deja de renegar porque tu trabajo te explota y mira aquellos que hace tiempo no consiguen trabajo y están desesperados. Detenete a mirar a tu alrededor porque allí comprenderás que por mirarte tanto te olvidaste de compadecerte de tus hermanos. 2) No soy digno: Cuánto nos invita el Adviento a vivir la humildad, recordando quiénes somos, pero, por sobretodo, recordar que no es mérito nuestro todo lo que hacemos. En estos últimos tiempos, los cristianos hemos caído mucho en el voluntarismo: significa el exceso de hacer y lograr cosas por uno mismo, olvidándose que es Dios quien lo permite. Al mismo tiempo uno se ve satisfecho por lo logrado más en sí que por lo agraciado por Dios. Hoy volvé a la humildad y a la sencillez. Recordá que hay un Dios que no te abandona, pero te invita a recordar tu pequeñez. 3) Fe: Cuando la fe está unida a la humildad puede hacer en vos y en mí grandes cosas. Por eso, no te desanimes. Busca la fe que alimenta tu vida y ayuda a confiar cuando parece que todo está perdido. Alimenta esa confianza en Dios porque cuando se confía y abandona en Él todo cambia. No mires las grandezas de la vida, más bien mira la vida con todas sus grandezas. Algo bueno está por venir.

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