Lucas 12, 1-7

Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano - Podcast készítő Misioneros Digitales Católicos

La multitud lo busca. 1) Miles de personas: Cuando medito esta parte me hace recordar que es Jesús quien convoca. Uno de los problemas que tenemos como institución, y hago una autocrítica, es que muchas veces más que evangelizar lo que hacemos es clonar. Pues en vez de buscar al alejado, buscamos al adoctrinado y que cumpla el mismo lenguaje que el nuestro. El problema es que el clonar y adoctrinar cristianos nos ha llevado a ser los mismos de siempre. Y, en vez de buscar al perdido, nos hemos creado un anticuerpo de llegar a decir: “nosotros somos los salvados y ellos son los perdidos, nosotros vamos por el camino de la santidad porque cumplimos las normas, sin embargo aquellos están perdidos y condenados”. Hasta una vez una señora me dejó de hablar porque me dijo que ella solo hablaba con sacerdotes que usan sotana y que pertenecen a tal movimiento… Cuántas veces nos quedamos con la oveja que nos gusta y no salimos a buscar a las 99 perdidas. 2) La hipocresía: No caigas en la fase de tener muchas caras, de ser una cosa en tal lugar y otra cara en otro lugar. Mostrate como sos y mantené tu identidad. Deja de vender tu vida por personas que solo quieren usarte. Muchas veces, por querer ser querido por hermanos curas y hasta obispos, vendí mi personalidad. Y traté de ser esa persona y ese cura que ellos querían y pagué muy caro, pagué con depresión y con estar solo, y me alejé de los que me querían para estar y mendigar a los que no me querían. Por ello no vivas en la hipocresía porque podrán quitarte hasta lo que creías que tenías: la vida. 3) No teman: En estos tiempos en donde vivimos amenazas y hasta incluso insultos, me calma escuchar estas palabras de Jesús. Recordá que los primeros cristianos fueron perseguidos y la fuerza del Espíritu Santo se manifiesta allí, en esos momentos duros, difíciles y de trinchera. No aflojes y seguí caminando. Mientras haya una mente que piensa en cumplir la voluntad de Dios, un corazón que late en la presencia de Dios y unas manos que trabajan por tu felicidad, entonces no podés temer a nada ni a nadie que te venga a amenazar. Algo bueno está por venir.

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