TOLERAR A LOS DEMÁS PARA QUE ME TOLEREN A MÍ

Sabemos que nadie somos perfectos. No hay por qué esperarlo de los demás. Más bien debemos aprender a tolerarnos con nuestras fallas y ayudarnos a crecer unos a otros. 2. Tú sabes excusar y disimular muy bien tus faltas, y no quieres oír las disculpas o explicaciones de los otros. Más justo sería que te acusases a ti, y excusaras a tu hermano. Tolera a los otros si quieres que te toleren a ti. Si te molestas con los defectos de los demás mira cuán lejos estás aún de la verdadera caridad y humildad, la cual no sabe desdeñar y airarse sino contra sí mismo. Qué fácil es llevarnos bien con los que son y piensan como nosotros, con los que no nos dan la contra. Pero qué difícil es convivir con los que son y piensan diferente a mi. Es con ellos con quien más que nadie hay que practicar la caridad. Pues toda nuestra paz en esta miserable vida, está puesta más en el sufrimiento humilde, que en dejar de sentir contrariedades. El que sabe mejor padecer, tendrá mayor paz. Este es el vencedor de sí mismo y señor del mundo, amigo de Cristo y heredero del cielo.