SOLO DIOS PUEDE APAGAR NUESTRA SED INSACIABLE DE FELICIDAD Y PAZ

Después de andar correteando por la vida de acá para allá, llegamos a un punto donde decimos, ¿para qué tanto esfuerzo, para qué tanta lucha, a donde me ha llevado? He probado de todo y nada me ha llenado, he deseado tantas cosas y las he obtenido para saciar mi sed de felicidad y al final me terminan dejando con más sed. Es un cuento de nunca acabar, el alma humana es un barril sin fondo cuando la tratamos de llenar con las criaturas y los placeres y las posesiones y las diversiones de este mundo. Entonces me pregunto: ¿Donde está la respuesta? Donde está esa agua que apagará esta sed insaciable? Por qué la deseo tanto? Debe de existir en algún lado pues jamás se ha sabido que deseemos algo que no exista. Solo podemos desear, anhelar y tener sed de cosas que nos pueden saciar aunque sea temporalmente. Pero yo ya probé de todas esas aguas y sigo con sed, ya comí de todas esas comidas y vuelvo a tener hambre, ya me divertí con tantas diversiones y vuelvo a desear más como si nunca las hubiera tenido… Hasta cuando Señor? Y entonces oigo tus palabras incaducables que le dijiste a aquella mujer  samaritana que tenía sed: Jn. 4:10 Jesús le dijo: –Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías agua a él, y él te daría agua viva. Jn.4:13 (luego le dijo): –Todos los que beben del agua que ofrece el mundovolverán a tener sed; Jn.4:14 pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna. Capítulo XXI: Sólo se ha de descansar en Dios sobre todas las cosas. El Alma: 1. Alma mía, descansa sobre todas y en todas las cosas siempre en Dios, que es el eterno descanso de los Santos. Concédeme Tú, dulcísimo y amantísimo Jesús, que descanse en Ti sobre todas las cosas criadas; sobre toda salud y hermosura; sobre toda gloria y honra; sobre todo poder y dignidad; sobre toda la ciencia y sutileza; sobre todas las riquezas y artes; sobre toda alegría y gozo; sobre toda la fama y alabanza; sobre toda suavidad y consolación; sobre toda esperanza y promesa; sobre todo merecimiento y deseo; sobre todos los dones y regalos que puedes dar y enviar; sobre todo gozo y dulzura que el alma puede recibir y sentir; y en fin, sobre todos los ángeles y arcángeles, sobre todo ejercito celestial; sobre todo lo visible e invisible; y sobre todo lo que no es lo que eres Tú, Dios mío. Te aconsejo escuches este bello canto: https://youtu.be/YmZR-UhTY2E