SE PUEDE VER A DIOS, PERO CON LOS OJOS DEL ALMA

Hay una manera de ver a Dios que yo he experimentado y cuando leo las vidas de los santos veo que varios de ellos también así lo veían. Expliquemos esto: A mi me ayuda ver una imagen de Jesús o la Santísima trinidad o la virgen maría para imaginarlos, al ver esas imágenes los recuerdo e imagino junto a mi, y en el cielo que está en todos lados, alrededor, y eso es bueno. Y hasta allí llego con mi “visión” de Dios y esa bella familia en el cielo. Pero las veces en que me conecto más con Dios y lo “veo” con los ojos del alma es cuando los ojos de la cara no importan ya, las pinturas o estatuas ya no son lo que veo, sino que mi corazón y mi imaginación se quedan como paralizados en Dios, pensando en él o tal vez debiera decir “con él”. En esos momentos cuando me concientizo descubro que mis ojos están fijos en un punto del piso o la pared pero no le están poniendo ninguna atención a ello. Toda mi atención está en mi visión espiritual de y con Dios. A veces esta “visión” es más leve, a veces más intensa; depende de lo que Dios quiera darme en ese momento y también depende de mi pureza de corazón y entrega a Dios y de qué tanto tiempo quiera dedicarle a Dios ese día. Ahora entiendo a San Francisco cuando a través de la naturaleza o de un crucifijo comenzaba a elevarse a Dios; pero llegaba un momento en que el crucifijo y la naturaleza como que “desaparecían” porque su alma quedaba arrobada, extasiada en Dios. Santa Teresa nos narra de muchas experiencias similares. A este tipo de visión solo se llega después de años de oración. Pero sin duda ha habido casos en que a algunas personas Dios les da este regalo o este brinco en su espiritualidad mucho antes. Porque Dios puede hacer lo que él quiera. Te invito a pasar muchos ratos con Dios todos los días, a ir descubriéndolo poco a poco y dejando que te vaya guiando y formando en la misma oración. Entonces aprenderás a verlo de la única manera en que le podemos ver en esta vida. Más recuerda que no podemos ver a Dios si hay algún pecado en nuestro corazón. Por eso es esencial que antes de orar o al comenzar la Santa Misa le pidamos perdón de nuestros pecados. Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios Mateo 5:8 Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. (ni ver a Dios) Romanos 8:8 No podemos estar enamorados del mundo y ver a Dios: De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.  Juan 3:3 Los que están luchando por amar y agradar a Dios, ven y tendrán esos encuentros y visiones de Dios. Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Santiago 4:7 No tienes que ser ningún sabio en las cosas del mundo, pero si ser humilde para ver a Dios. También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse. 1 Corintios 1:28-29 CÓMO OFRENDAR O DAR MI DIEZMO PARA AGRADECER A DIOS y SER UN FINCADOR DEL REINO DE DIOS 1.- PAYPAL: Con tarjeta de débito o crédito o paypal, presionando el siguiente enlace: https://www.paypal.com/cgi-bin/webscr?cmd=_s-xclick&hosted_button_id=KNMVR8EQ37N9W&source=url 2.- ZELLE aplicación en el teléfono o a través de su banco a Nombre de : Familias Unidas, email: [email protected] w