QUIEN SE PREOCUPA DEMASIADO DE SI MISMO, NO PERMITE QUE DIOS SE OCUPE DE ÉL

Estamos en el año 3 de nuestra escuela en línea de Vida Espiritual Carmelitana. Le damos gracias a Dios por ello. No olviden que tenemos la escuela presencial en Tustin CA y en las pequeñas comunidades que se reúnen en casas... El Alma: Te ruego Dios mío, que me apartes de las preocupaciones de esta vida, para que no me sobrecargue demasiado con ellas; para que no me deje llevar por el placer  ni por las muchas necesidades y deseos del  cuerpo; para que no pierda el fruto con los muchos obstáculos y molestias del alma. – Y sobre todo Señor enséñame a confiar en ti y recordar que “yo me ocupo de tus cosas y tú te ocupas de las mías” ¡Oh, Dios mío, dulzura inefable! Conviérteme en amargura todo consuelo carnal que me aparta de ti y de la vida eterna seduciéndome torpemente con la vista de bienes temporales que deleitan a la carne. Que no me venza Dios mío, que no me venza la carne; no me engañe el mundo y su breve gloria; que no me derribe el demonio y su astucia. Dame fortaleza para resistir, paciencia para sufrir, constancia para perseverar. Dame en lugar de todas las consolaciones del mundo, la suavísima unción de tu espíritu; y en lugar del amor carnal infúndeme el amor a ti. 4. Porque muy embarazosas son para el espíritu fervoroso la comida, la bebida, el vestido, y todas las demás cosas necesarias para sustentar el cuerpo. Concédeme usar de todo lo necesario con moderación, y que no me ocupe en ello con exagerado afecto. No debe uno dejar todo lo material, porque debemos sustentar el cuerpo; pero si quiero crecer en mi vida espiritual no debo buscar lo superfluo y lo que más deleita; porque de otro modo la carne se rebelará contra el espíritu. Te ruego, Señor, que me rija y enseñe tu mano en estas cosas para que en nada me exceda.