¿PORQUÉ ME ENOJO CUANDO ME INSULTAN O HABLAN MAL DE MI?

Ante esta pregunta muchos podemos responder: “Pues es obvio, ¿a quién le gusta que hablen mal de él? Pero si analizamos más a fondo, en realidad las palabras negativas y las críticas que me hagan no me ponen ni me quitan nada, no me cambian por si mismas ni me hacen engordar; entonces ¿porqué me enojo y a veces hasta me enfurezco? La respuesta corta es: Porque tengo mucho ego, amo mucho mi imagen, por eso me enfurezco cuando alguien mancha mi retrato, ensucia con palabras mi gran estatua, mi auto imagen, mi nombre, mi reputación. Seguido me acuerdo de mi maestra Santa Teresa de Avila que en un episodio de la serie televisiva de su vida,  mientras estaba en cuclillas tallando el piso  del convento entró una de sus alumnas monjas que acababa de llegar del mercado donde fue a comprar víveres y le dijo.  Madre! Qué la gente en la calle anda hablando mal de usted, le están destruyendo su honra…   Ella tranquilamente se enderezó de donde estaba agachada limpiando y con una risa burlona le contestó: ¿Honra? Ni la tengo! Y mal halla el día en que tuve alguna… Dice el libro Imitación de Cristo en la segunda parte capítulo 54: La gracia (la vida espiritual) se deleita con cosas humildes y pobres, no desecha las ásperas o molestas, ni rehúsa el vestir ropas viejas. 9. La naturaleza en cambio (la carne) se preocupa por lo temporal, y se emociona con las ganancias terrenas, se entristece cuando le dañan, y se enoja con cualquier palabra de ofensa o injuria. Pero la gracia mira lo eterno, no está pegada a lo temporal, ni se turba cuando la pierde, ni se exaspera con las palabras ofensivas; porque puso su tesoro y gozo en el cielo, donde ninguna cosa perece. Mat 6:19 No junten tesoros y reservas aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido hacen estragos, y donde los ladrones rompen el muro y roban. Mat 6:20Junten tesoros y reservas en el Cielo, donde no hay polilla ni óxido para hacer estragos, y donde no hay ladrones para romper el muro y robar.   BLA