LAS ORACIONES QUE SÍ ESCUCHA DIOS

Algunos se preguntan: ¿cómo le puedo hablar a Dios para que me escuche y me ponga atención? O ¿qué palabras debo usar para que me atienda o le agraden? La respuesta es: No hace diferencia qué palabras digas sino de donde vengan y la intención de tu corazón. O sea, Dios no oye las palabras de la boca sino las del corazón y con qué intención se dicen. El hablar del corazón se entiende bien. Pero la intención vamos a explicarla un poco. Muchos de los principiantes piensan que rezar es para pedir. Y aunque pedir puede ser una parte de la oración es triste cuando tenemos un corazón egoísta y solo vemos a Dios como un proveedor de bienes al que le hablamos solo cuando necesitamos algo. Dios es mucho más que eso, es un Padre y Jesús quiere ser también un amigo. Si a ti te busca alguien solo para pedirte cosas y el demás tiempo te ignora, difícilmente pensarás que esa persona te ama. Más bien te usa. Lo mismo siente Dios con nosotros, que no lo amamos sino solo lo buscamos por conveniencia. Vemos en los evangelios que Jesús daba muchas cosas a mucha gente, pero a veces le entristecía que solo lo buscaran por conveniencia. Un pasaje primordial es el capítulo 6 de San Juan donde nos habla de la sagrada eucaristía. Dice esta narración Juan 6:2 Mucha gente le seguía porque habían visto las señales milagrosas que hacía sanando a los enfermos. Pero aún así Jesús tuvo compasión de ellos y les dio de comer gratis con la multiplicación de los panes y los peces… Al día siguiente lo fueron a buscar para que les diera más comida gratis, o sea comida sin esforzarse a trabajar, a ganársela como Dios manda. Y aquí ya Jesús se hartó. : Juan 6:26 Jesús les dijo: –Les aseguro que ustedes me buscan porque comieron hasta llenarse, y no porque hayan entendido las señales milagrosas. Esta gente estaba “orando” o sea hablando con Dios, pero solo para pedirle cosas, no para escucharle y obedecerle, no para buscar hacer su voluntad, ni siquiera para ser amigos de él, toda la búsqueda de Dios era por conveniencia… Juan 6:35 y Jesús les dijo: –Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed. 6:36 Pero como ya les dije, ustedes no creen aunque me han visto. 6:37 Todos los que el Padre me da, vienen a mí; y a los que vienen a mí, no los echaré fuera. En el mismo evangelio de San Juan, unos capítulos antes vemos a María su Madre que también le pide algo: Le pide que le de vino a los novios para su boda… En este caso, Jesús aunque no tenía ganas de hacer el milagro lo hizo. ¿por qué a María sí le concedió lo que pedía pero a los judíos que le pedían de comer no? Porque Dios oye a todos pero le pone atención especial a sus amigos y a sus seres queridos. En otras palabras. Si quiero que Dios me oiga mis oraciones primero tengo que ser su amigo real y leal; y un amigo real no te busca por conveniencia, sino porque te ama, por eso cuando te pide algo y puedes con gusto se lo das. Dios es igual...