LA GRAN PAZ QUE RECIBO SI ME ARREPIENTO DE MIS PECADOS

Misioneros Del Amor de Dios - Missionaries Of God's Love - Podcast készítő MGL Misioneros Del Amor de Dios

A PESAR DE MI DESOBEDIENCIA DIOS ME DA OTRA OPORTUNIDAD Todos en alguna ocasión u ocasiones nos hemos apartado de Dios. Decidimos seguir las malas influencias de malos amigos, decidimos seguir nuestro orgullo y deseo de independencia, decidimos buscar más los placeres del mundo que a Dios. Dios no se sorprende de nuestro comportamiento débil, humano y pecador, pero sí se entristece mucho hasta que como el hijo pródigo algunos decidamos volver a los brazos de nuestro Padre celestial. Hoy meditamos sobre la gran alegría que le da a Dios cuando arrepentidos volvemos a él y cómo se nos contagia algo de ese gozo suyo al abrazarnos junto a su corazón. Dice el libro Imitación de Cristo: 2. ¿Qué he hecho, Señor, para que Tú me dieses ninguna consolación celestial? Yo no me acuerdo haber hecho ningún bien; sino que he sido siempre inclinado a vicios, y muy perezoso para corregirme. Esto es verdad, y no puedo negarlo. Si dijese otra cosa, Tú estarías contra mí, y no habría quien me defendiese. ¿Qué he merecido por mis pecados, sino el infierno y el fuego eterno? Conozco en verdad que soy digno de todo escarnio y menosprecio; ni merezco ser contado entre tus devotos. Y aunque me incomode este lenguaje, no dejaré de acusar mis pecados contra mí, y en favor de la verdad, para que más fácilmente merezca alcanzar tu misericordia. 3. ¿Qué diré yo pecador, y lleno de toda confusión? No tengo boca para hablar sino sola esta palabra: Pequé, Señor, pequé; ten misericordia de mí; perdóname. Déjame un poco para que llore mi dolor. Permíteme estar un poco en penitencia, en oración, en purificación. ¿Qué es lo que principalmente exiges del culpable y miserable pecador, sino que se convierta y se humille por sus pecados? De la verdadera contrición y humildad de corazón nace la esperanza de ser perdonado, se reconcilia la conciencia turbada, reparase la gracia perdida, se defiende el hombre de la ira venidera, y se juntan en santa paz Dios y el alma contrita. < 4. Señor, el humilde arrepentimiento de los pecados es para Ti sacrificio muy acepto, que huele más suavemente en tu presencia, que el incienso. Este es también el ungüento agradable que Tú quisiste que se derramase sobre tus sagrados pies; porque nunca desechaste el corazón contrito y humillado. Allí está el lugar del refugio para el que huye del enemigo; allí se enmienda y limpia lo que en otro lugar se erró y se manchó. Salmo 51:6contra ti, contra ti sólo pequé, lo que es malo a tus ojos yo lo hice. Por eso en tu sentencia tú eres justo, no hay reproche en el juicio de tus labios. :7Tú ves que malo soy de nacimiento, pecador desde el seno de mi madre. :8Mas tú quieres rectitud de corazón, y me enseñas en secreto lo que es sabio. :9Rocíame con agua, y quedaré limpio; lávame y quedaré más blanco que la nieve. :10Haz que sienta otra vez júbilo y gozo y que bailen los huesos que moliste.   BLA Psa 51:11Aparta tu semblante de mis faltas, borra en mí todo rastro de malicia. Psa 51:12Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu.