CÓMO PEDIRLE A DIOS PARA QUE TE DE LO MEJOR

Es algo muy humano y natural el estarle pidiendo cosas a Dios. Yo desde que era niño lo hacía; desde que me trajera una bicicleta hasta que sanara a ese familiar enfermo o a mi cuando me enfermaba. Pero algo que caracteriza nuestra forma humana de pedir es que no dejan de ser peticiones un tanto egoístas. Pedimos mucho por lo que nos conviene, lo que deseamos para nosotros o nuestros seres queridos. Pero la pregunta es: ¿Y cuando pedimos por lo que a Dios le conviene? ¿lo que a él le hace feliz? Y sobre todo que ya sabemos que lo que Dios quiere es por nuestro propio bien. Nada desea Dios más que el vernos felices a sus hijos, contentos, en paz, realizados. Entonces ¿porqué no se se nos ocurre pedirle a Dios que se haga lo que él quiere? Escuchemos al libro Imitación de Cristo: Capítulo XV: Cómo se debe uno haber y decir en todas las cosas que deseare. Jesucristo: 1. Hijo, en cualquier cosa di así: Señor, si te agrada, que se haga esto así. Señor, si es honra tuya, hágase esto en tu nombre. Señor, si ves que me conviene, y que me hará provecho, concédemelo para que use de ello a honra tuya. Mas si sabes que me haría daño, y no es bueno para la salvación de mi alma, quita de mí este deseo. Porque no todo deseo procede del Espíritu Santo, aunque parezca justo y bueno al hombre. Es difícil discernir si te mueve el buen espíritu o uno malo a desear esto o aquello, o si te mueve tu propio espíritu. Muchos se hallan engañados al fin, aunque al principio parecían inspirados por buen espíritu. 2. Por eso siempre se debe desear y pedir con obediencia a Dios y humildad de corazón cualquier cosa apetecible que se le ocurra al pensamiento, y sobre todo con propia resignación encomendarlo todo a Mí diciendo: Señor, Tú sabes lo que es mejor: haz esto o aquello, según te agradare. Da lo que quieras, y cuanto quieras, y cuando quieras. Haz conmigo como sabes, y como más te agrade, y lo que sea para mayor honra tuya. Ponme donde quieras, dispón de mi libremente en todo. En tu mano estoy, vuélveme y revuélveme a la redonda. Ve aquí tu siervo dispuesto a todo; porque no deseo, Señor, vivir para mí sino para Ti. ¡Ojalá que viva dignamente y perfectamente! Oración para conseguir la voluntad de Dios. 3. Concédeme, benignísimo Jesús, tu gracia para que esté conmigo, y obre conmigo, y persevere conmigo hasta el fin. Dame que desee y quiera siempre lo que te es más acepto y agradable a Ti. Tu voluntad sea la mía, y mi voluntad siga siempre la tuya, y se conforme en todo con ella. Tenga yo un querer y no querer contigo; y no pueda querer ni no querer lo que Tú quieres y no quieres. 4. Dame, Señor, que muera a todo lo que hay en el mundo; y dame que desee por Ti ser despreciado y olvidado en este siglo. Dame, sobre todo lo que se puede desear, descansar en Ti y aquietar mi corazón en Ti. Tú eres la verdadera paz del corazón; Tú el único descanso: fuera de Ti todas las cosas son molestas e inquietas. En esta paz permanente, esto es, en Ti, Sumo y eterno Bien. Dormiré y descansaré. Amén. Unas cosas nos incitan a amar al mundo, y otras a despreciarlo. Nos incitan a amarlo la sensualidad, la codicia y la soberbia de la vida; pero las penas y miserias que les siguen, causan tedio y aversión al mundo. Hay una oración de San Ignacio de Loyola que va relacionada con este tema. Dice así: Oración de San Ignacio de Loyola Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria,mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo retorno. Todo es Tuyo: dispone de ello según Tu Voluntad. Dame Tu Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.