«Serán luego vueltos atrás mis enemigos el día en que yo clamare; esto sé, que Dios está por mí». (Salmo 56:9)
Meditaciones Radio Gracia y Paz - Podcast készítő Meditaciones Radio Gracia y Paz

Kategóriák:
Meditación«Serán luego vueltos atrás mis enemigos el día en que yo clamare; esto sé, que Dios está por mí». (Salmo 56:9)Es imposible para ninguna lengua humana expresar todo el significado de esta encantadora frase: «Dios está por mí». Dios estaba «por nosotros» antes de que los mundos fuesen; estaba «por nosotros», o no hubiese dado a su bien amado Hijo; estaba «por nosotros» cuando hirió al Unigénito y puso sobre él todo el peso de su ira; estaba «por nosotros» aunque actuó contra él. Dios nos amó cuando en la Caída nos perdimos; nos amó a pesar de todo. Él estaba «por nosotros» cuando nos rebelamos contra él y con soberbia le desafiamos; estaba «por nosotros», pues de lo contrario no nos hubiese llevado a buscar humildemente su rostro. Él ha estado «por nosotros» en muchas luchas: se nos ha llamado a hacer frente a una multitud de peligros y nos hemos visto atacados por tentaciones internas y externas. ¿Cómo hubiéramos podido permanecer ilesos hasta este momento si él no hubiese estado «por nosotros»? Él está «por nosotros» con toda la inmensidad de su ser, con toda la omnipotencia de su amor, con toda la infalibilidad de su sabiduría. Ataviado de todos sus atributos divinos, él está «por nosotros»: eterna e inmutablemente «por nosotros». «Por nosotros» estará cuando el firmamento azul se enrolle como lo hace un gusano que sale de su envoltura; «por nosotros» durante toda la eternidad. Y porque él está «por nosotros», la palabra de oración siempre nos garantizará su ayuda. «Serán luego vueltos atrás mis enemigos en el día que yo clamare». Esta no es una esperanza dudosa, sino una seguridad bien fundamentada: «Esto sé». Yo dirigiré a ti mi oración y aguardaré la respuesta; seguro de que esta vendrá y de que mis enemigos serán derrotados, «porque Dios está por mí». ¡Oh creyente, qué feliz eres teniendo de tu parte al Rey de reyes! ¡Cuán seguro te encuentras con semejante Protector! ¡Qué segura está tu causa defendida por tal Abogado! Si Dios está por ti, ¿quién puede estar contra ti?(C.H.S.)