Meditando el Salmo 84: Añoranza del cielo

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Salmo 84:Anhelo por la casa de Dios 84:título Al músico principal; sobre Gitit. Salmo para los hijos de Coré.  1 ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!  2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.  3 Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.  4 Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Selah  5 5Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos.  6 Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques.  7 Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion.  8 Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración; Escucha, oh Dios de Jacob. Selah  9 9Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.  10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.  11 Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.  12 Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía. RVR1960¡Añoranza del Cielo! No cabe duda de cuál sea la interpretación primaria del Salmo 84. Aquí se respiran aires de las profundas añoranzas del pueblo judío que desea estar de nuevo en el templo en Jerusalén. También puede aplicarse, por supuesto, al creyente de hoy que por alguna razón no puede asistir a las reuniones de su congregación. Se consume su corazón con el deseo de reunirse con el pueblo de Dios cuando se junta para adorar al Señor. Pero la aplicación que más me gusta es la del peregrino piadoso que tiene añoranza del cielo. Consideremos este Salmo desde este punto de vista. 84:1–2 ¿Qué lugar puede compararse en hermosura con la morada de Dios? ¡Es un lugar de belleza sin igual, esplendor único y gloria inexpresable! Pero tengamos claro este punto: que el lugar es empleado como figura, como metonimia, para la Persona que mora allí. Y así, cuando el salmista dice: «anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová», realmente deseaba estar con el Señor mismo. Lo expresa así en la siguiente frase: «mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo». 84:3 El peregrino se compara con el gorrión y la golondrina. En otro Salmo, el gorrión es empleado para retratar una escena de soledad total: «velo, y soy como el pájaro solitario sobre el tejado» (Sal. 102:7). Y cualquiera que ha observado a una golondrina sabe lo inquieta que es esta pequeña criatura, subiendo y bajando, girando a todos lados en las corrientes del aire. Ambas son descripciones buenas del pueblo de Dios que pasa por el desierto de esta vida; solitario e inquieto. El único lugar donde halla descanso y seguridad para sí y para su familia es ante los altares de Jehová. Hubo dos altares en el tabernáculo y en el templo. Uno era el altar de bronce y el otro el altar de oro. El primero representaba la muerte de Cristo y el segundo Su resurrección. Juntos, representan la obra consumada de nuestro Salvador. He aquí el lugar donde nuestras almas, cual golondrina, hallan descanso, y donde podemos...

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