2012. Caso real. La paciente con miedo a pasar hambre.
Comiendo con María (Nutrición) - Podcast készítő María Merino Fernández

Caso clínico real:“No sé si como mucho o si es que me apetece… pero luego no puedo parar.”Motivo de consulta:Paciente que acude con el objetivo de comer de forma saludable, mejorar su relación con la comida y, si es posible, perder algo de peso. Dice querer cuidarse, pero nota que a veces come en exceso y no entiende muy bien por qué. Comenta que quiere comer “bien”, pero sin pasar hambre.Exploración durante la consulta:🔍 Lo que la paciente cree:Que se está cuidando al elegir opciones sanas, aunque muy abundantes.Que no se restringe, que ya ha superado esa etapa.Que no tiene miedo a pasar hambre, simplemente le gusta comer.Que a veces se descontrola, especialmente con dulces o productos que compra para sus hijos, pero que eso ocurre porque “le apetecía mucho” o “lo tenía a mano”.🧠 Lo que descubrimos juntas en consulta:No es consciente de que tiene miedo a pasar hambre.Lo descubre al explorar por qué se sirve tanta cantidad. Cuando se le pregunta: “¿Qué pasaría si no te sirvieras tanto?” responde con frases como: “Y si luego me quedo con hambre…”, “Prefiero que sobre”, “Me tranquiliza ver mucho en el plato”.Su “autocuidado” era en realidad una forma encubierta de prohibición.Durante mucho tiempo dejó de comer ciertos alimentos (dulces, pan, aceite, etc.) convenciéndose de que lo hacía por salud. En realidad, era una forma de restricción con disfraz de autocuidado. Por eso, cuando se “permitía” comerlos, no podía parar. No era un permiso real, era un momento de escape de una norma invisible.No tiene conexión clara con sus señales internas.No sabe si lo que siente es hambre real, apetencia emocional, ansiedad o rutina. Come porque “toca”, porque “es la hora”, porque “hay que aprovechar lo que hay en la nevera”, o porque “así me cuido”.No identifica la saciedad.No sabe si termina de comer porque está llena, porque se acabó el plato, o porque ya no puede más. Nunca se ha planteado si podría haber parado antes o si realmente necesitaba repetir.Abordaje terapéutico:1. Psicoeducación sin juicio: Explicamos cómo el cuerpo reacciona a años de dietas y restricciones:Desconexión de las señales internas.Miedo inconsciente a la escasez.Conductas compensatorias y atracones desde el “permiso” aparente.Trampas mentales del “esto lo hago por cuidarme”.2. Diferenciar hambre, apetencia y emoción: Iniciamos un trabajo de alfabetización corporal y emocional, a través de preguntas clave antes y después de comer:¿Dónde siento esta hambre?¿Qué tipo de comida me pide el cuerpo?¿Cómo me siento antes de comer y cómo me siento después?¿Me estoy cuidando o me estoy restringiendo sin darme cuenta?3. Desmontar el mito del control: Reflexionamos sobre frases como “si me lo permito, me lo como todo” y descubrimos que el problema no es el permiso, sino el miedo con el que se da ese permiso. Le expliqué que no se trata de controlar la comida, sino de reconstruir la confianza con su cuerpo. 4. Exploración segura de dulces y alimentos tabú: Sin imponer la exposición directa, comenzamos a hablar de cómo incorporar los alimentos que antes se prohibía desde el placer y la calma, no desde el miedo o la ansiedad. Poco a poco, redefinimos lo que significa “comer bien”. 5. Trabajo con su entorno y contexto familiar: Se abordó el conflicto interno al comprar dulces para sus hijos. Identificamos cómo puede ofrecer esos alimentos en casa sin sentirse en riesgo, reduciendo la urgencia por “comérselos todos antes de que estén ahí” o esconderlos. Resultados iniciales tras las primeras sesiones:Toma de conciencia: se dio cuenta de que sí tenía miedo a pasar hambre aunque no lo había verbalizado nunca.Identificación de que su autocuidado era muchas veces una forma de restricción.Reducción del...